Anexo 1
Lectura “La Ciudadanía Ambiental”
Se
puede decir que la ciudadanía ambiental implica entender que el núcleo de los
problemas del medio ambiente reside en una crisis ética y política que se
manifiesta en la incapacidad de las instituciones locales, regionales y
nacionales para enfrentar eficazmente los riesgos ambientales. En ese sentido,
la ciudadanía ambiental enfatiza los derechos y responsabilidades de las
personas y de las instituciones para con el ambiente, pues unas y otras
constituyen actores centrales en el logro de la sostenibilidad y la equidad. La
ciudadanía ambiental alude a una dimensión de la ciudadanía que incorpora lo
ambiental en el conjunto de derechos y deberes de la persona, así como a la
reforma de las instituciones sociales, económicas y políticas que enmarcan los
procesos de toma de decisiones con contenido ambiental en nuestra sociedad.
Según
el Ministerio del Ambiente del Perú, se plantean las siguientes estrategias
para lograr el ejercicio de la ciudadanía ambiental:
a.
Acceso a la información, la participación y la justicia ambiental, con
el objetivo de mejorar la transparencia entre todas las entidades públicas y
sus funcionarios; esa es la mejor forma de generar incentivos para una adecuada
actuación sobre temas ambientales. También es necesario promover la
participación ciudadana ambiental y su utilización para alcanzar la justicia
ambiental.
b.
Relación Estado-sociedad civil: los espacios
de diálogo entre el Estado y la sociedad civil son importantes para el desarrollo
de políticas públicas con impactos en la gestión ambiental. Asimismo, es
indispensable considerar las estrategias de empoderamiento de la ciudadanía
para un mayor control sobre las decisiones que afectan el ambiente.
c.
Relaciones del mercado y calidad de vida: para
contribuir con la construcción de ciudadanía ambiental es necesario ir formando
y despertando conciencia en los ciudadanos y ciudadanas para fortalecer su
capacidad de entendimiento y así puedan participar en la gestión ambiental de
su entorno.
El
ciudadano con responsabilidad ambiental se va formando paulatinamente en los
distintos espacios de formación de la cultura. Comienza en los ámbitos de
socialización temprana, como el hogar y los grupos de pares; avanza en las
instituciones educativas formales, en contacto con los medios de comunicación y
los demás grupos sociales; se resocializa en los centros laborales u
ocupacionales, etcétera, y en cada uno de estos espacios ejerce, en mayor o
menor grado, sus derechos y obligaciones ambientales. Obviamente, hay más
posibilidades de tener mayor éxito en la formación de un ciudadano con
responsabilidad ambiental si se interviene en los diferentes espacios de
formación de la cultura, que si solo se interviene en el ámbito de la educación
formal básica (Minedu, 2006).
El
ciudadano con responsabilidad ambiental se caracteriza por lo siguiente:
ü Respeta
toda forma de vida: principio de respeto.
ü Considera
las consecuencias ambientales de su acto: principio de responsabilidad.
ü Valora
los modos de ser de otras sociedades y culturas: principio de tolerancia.
ü Se
preocupa por su seguridad y la seguridad de los demás: principio de
solidaridad.
ü Desarrolla
acciones a favor de la paz entre las personas individuales, los grupos sociales
y los pueblos: principio de tolerancia.
ü Tiene en cuenta las necesidades de las demás personas o
grupos sociales (excluidos): principio de solidaridad.
ü Considera las necesidades de las futuras generaciones:
principio de responsabilidad y sostenibilidad.
Ministerio
de educación del Perú (2016) Guía de
Educación ambiental para el Desarrollo Sostenible. Lima: MINEDU ( página 78)
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